Aunque es evidente que hay un gran número de de personas y familias pasándolo mal en nuestro país, existen pequeños signos que nos van dejando ver un panorama algo más halagüeño que el que tiempos atrás nos acompañó.

No hay más que salir a un centro comercial y ver que el movimiento de gente es muy diferente, y las caras de esas personas son distintas también. Hace tan solo unos meses, en un centro comercial, las caras que me encontraba eran desoladoras y más bien escasas. Ahora, mi apreciación es que el dinero comienza a moverse. El ciudadano está más animado a realizar una compra, e incluso a acompañarla con una comida o una cena si así surge.

De la misma manera, leo hoy que el número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo disminuye un 11’1%. Los famosos ERE que desconocíamos en nuestros tiempos de bonanza y que de repente se convirtió en la palabra que se sentaba a nuestra mesa todos los días, porque a nuestro vecino, nuestro hijo, nuestro hermano, nuestro amigo… porque a cualquiera le había alcanzado su osada mano.

Es un pequeño aliciente más que nos anima a seguir trabajando aún más duro si cabe para levantar este país, esta ciudad y esta calle.

Ánimo, que no queda nada!!!